¡Atención, Atención! El Éxito no es un Paseo por Disneyland, Más Bien un Viaje en Montaña Rusa de Desmadre
Mira paps, si crees que el éxito es un paseo tranqui por Disneyland con todo el mundo aplaudiendo y tirando confeti, mejor te cuento la realidad. Esto es como subirse a una montaña rusa de desmadre. Bienvenidos al éxito, donde las emociones van desde la euforia hasta el pánico extremo.
Prepárate para Vomitar en el Viaje de tu Vida
Te subes en esa montaña rusa pensando que es solo emoción y diversión, pero ¡pum! Te encuentras con una bajada que te hace sentir que te va a salir la torta de chilaquiles. Así es el éxito, te da vueltas y vueltas con giros inesperados que ni sabías que venían. Un día piensas que vas a dominar el mundo, al siguiente te preguntas si te dominó él a ti.
Subidas Adrenales y Caídas Épicas
Súbete a la montaña rusa y prepárate para subidas adrenales que te hacen sentir invencible. Pero no te olvides de las caídas épicas que te dejan con un nudo en el estómago. Igual en el éxito, hay momentos en los que te sientes en la cima del mundo y otros en los que te preguntas si te aventaste en paracaídas sin paracaídas.
La Fila Infinita del Desespero
Y luego está la fila interminable para subir a la dichosa montaña rusa. Esperando y esperando, preguntándote si valdrá la pena. Lo mismo pasa con el éxito, la espera es como una eternidad. Te desesperas, te agobias, pero al final llega tu turno y ves que la espera tenía su propósito.
La Realidad Bajando del Pedestal
Lo más loco es que muchas veces te subes a esa montaña rusa llamada éxito pensando que va a ser la onda más cool de tu vida, y terminas con la adrenalina por los suelos. Es como cuando esperabas una gran película y resulta ser un bodrio sin chiste. Pero no te preocupes, porque aunque no siempre sea un fuego artificial, es un viaje que te cambia y te moldea.
Así que, antes de comprar boleto para este viaje, prepárate para todo tipo de emociones, para momentos de euforia y otros de crisis existenciales. No es el paseo tranquilo que te pintan, pero vaya que vale la pena. Si te subes a esta montaña rusa del éxito, agárrate bien y disfruta de los altibajos, porque aunque a veces quieras vomitar, es un viaje que te sacude y te hace sentir más vivo que nunca.